lunes, 15 de febrero de 2010

La Muerte


“Entonces el polvo volverá a la tierra como lo que era, Y el espíritu volverá a Dios que lo dio.” (Eclesiastés 12:7)

Siempre tuve la imagen de que la vida era como una vela que se enciende al nacer y a partir de ese momento entra a consumirse hasta acabar su combustible y apagarse. Ese pensamiento me llevaba a asumir que iba a llegar un día en el que yo dejaría de vivir.

Como todo ser pensante eso detonaba en mi cierta angustia, y vacío existencial. Vacío que era muy cómodamente llenado por cualquier religión. Pase por diversas creencias, todas ellas muy bonitas. Comencé creyendo de niño en que simplemente nos moríamos y si nos habíamos portado “bien” pasaríamos al un paraíso celestial mejor que este terreno. Tan simple como eso, te morís y seguís en otro plano mas divertido.

Con los años, y consecuencia de la educación que recibía en colegios, comencé a cuestionarme muchas cosas referentes a la muerte por la simple contradicción entre lo que la Religión Católica me convencía de creer y lo que en estos colegios se afirmaba como realidad indiscutible. Me he acercado siempre que tuve alguna duda a curas, sacerdotes, diáconos y lo que solía suceder es que se terminaban enojando siempre conmigo por tener tantas preguntas. “La Fe hijo mío, debes regar esa plantita!”

A los 14 años deje de ir a misa todos los Domingos ya que me la sabia de memoria, me aburría y nada aportaba a mi sed de “conocimiento”. En aquellos tiempos aun no era el fruto prohibido.

Ya de adulto, y dada la gran cantidad de lecturas que había sobre el tema de la Muerte, leí muchísimo y me fui acercándome a distintas creencias, todas ellas muy divertidas de creer dado que prometían todas una mejor vida al fallecer. Nada que no me hayan prometido los católicos.

Me acerque a creencias orientales, y durante un tiempo considerable, termine convenciéndome que creer en la Reencarnación era para mí lo más saludable. Entonces mi ansiedad de muerte se calmo muchísimo, ya que creía que al igual que en una institución educativa, yo iba ascendiendo de grados (Chacras o Ascensión Cristica) hasta que al llegar al ultimo nivel ya no encarnaba mas y entraba a un plano no físico. Con lo cual era eterno dado que siempre me convertía en algo más sutil y elevado.

Mientras el catolicismo (Cristianismo en general) me generaba una ansiedad enorme de querer llegar a ese “lugar más feliz”, y que esta era mi única oportunidad de disfrutar del Mundo Material, creer en la reencarnación me tranquilizaba ya que lo que no aprendía o tenía en esta vida lo podría tener en la próxima. Todo era más relajado. Y con la relajación siempre aparece el disfrute. “Relájate y Goza” dice el refrán y con la creencia de que podía volver infinidad de veces hasta elevarme al nivel de no encarnar mas, todo se hacia mas tranquilo. Deje muchas adicciones, los calmantes, el cigarrillo, de beber cotidianamente, de apurarme. De preocuparme de la Muerte pase a ocuparme de Vivir.

Investigue y descubrí que en la Cábala Judía y en el Cristianismo la creencia de la reencarnación siempre estuvo hasta que fue extirpada de dichos credos por considerar que la gente estaba muy relajada y eso no le servia a los poderosos de turno, querían un pueblo ansioso dispuesto a sacrificar su vida para luego acender al Paraíso celestial. Como quien les dice: “Esta es la única vida material, deben trabajar para poder adquirir aquellas cosas que hacen que el tiempo pase mas rápido y entretenido para así llegar al edén lo menos ansiosos posibles. Eso si… acuérdense de traer el Diezmo a los que nos comunicamos directamente con Dios.”

“El destierro de la doctrina reencarnacionista empezó a expandirse en el año 312, cuando el emperador Constantino el Grande se convirtió al cristianismo. Hubo tres argumentos que eliminaron la idea de la reencarnación en el nuevo cristianismo, a pesar de que ninguna encíclica papal la condenara. La primera fue su desaprobación por parte del Concilio de Constantinopla en el año 553, a instancias del emperador Justiniano J.” (Fuente: Wikipedia)

Cuestioné todo lo que las religiones me proponían y nada cerraba, todo estaba lleno de agujeros y grandes, muy grandes. Entonces creía en la reencarnación, ese pensamiento me dejaba en un estado tranquilo, creer en que siempre tenía una nueva oportunidad de ampliar mi conciencia me hacia vivir el Presente.

Del Cristianismo conservaba a Jesús como modelo a seguir. Llegue a incluir al mismo como parte de mis creencia de reencarnación, pensando que el Cristo Vivo había ascendido en una sola vida terrena todos los 7 Chacras (niveles de elevación espiritual), demostrándonos que todos podríamos hacer lo mismo si copiábamos su modelo de vida. Vida llena de Amor incondicional. Algo que realmente vale la pena experimentar.

Fue hace pocos años (uno o dos como mucho) que me llegaron escritos y creencias de que Jesús nunca existió y que fue inventado por esos mismos poderosos que hoy nos siguen gobernando con otros ropajes y discursos manejadores. Mi primer sentimiento fue de TERROR TOTAL. Me cuestione todo lo referente a la Iglesia pero jamás dude de la existencia de ese hombre tan hermoso llamado Jesús. Me puse a investigar, y lamentablemente cuanto más profundizaba en mi búsqueda mas encontraba huecos, vacíos, mentiras y ninguna prueba histórica de su existencia. Tomare este tema de la existencia o no de Jesús en otro capitulo de mi blog dado la delicadeza del tema.

Durante una semana no pude conciliar mi sueño dado a que el terror y el vacío “negro” que me invadió como sentimiento y pensamiento me angustiaban horriblemente. Si Jesús no había existido entonces ¿¿¿¿que creer???? La Muerte nuevamente y con mucho más peso se convirtió en algo muy negro y horripilante para mí. Sin un modelo a seguir estaba absolutamente S O L O !!!!

Me obligue a transitar por esa oscuridad, por la posibilidad de que nos habían mentido muchísimo y de una manera bestial. Habían jugado con nuestras emociones mas profundas, con esas que nadie debería meterse.

Deje de lado la reencarnación, deje de lado a Jesús, deje de lado todo lo que en tantos años había recopilado en mi mente y armado algo que me daba felicidad y fuerza para vivir mis días felices. Y contrariamente a lo que pensé que sucedería, empecé a pensar que mi vida culminaba con la muerte. Que yo cerraba mis ojos y dejaba de existir, nada de volver a nacer, nada de paraíso celestial, nada de nada pos muerte. Solo mi cuerpo disolviéndose en la tierra. Y como yo era parte del Universo (Dios para mi) “Polvo al polvo”. Me convertía en eso, yo volvía al Universo, a Dios pero no como un alma un espíritu sino que como polvo, moléculas, átomos y todo lo que conforma mi estado físico. Pensamiento sumamente difícil de manejar pero que logre pilotear: ME MUERO Y SE TERMINA MI VIDA – PUNTO.

Pensé que si Jesús no existió, valía la pena que existiera y podría ser el que esta leyendo este escrito ahora, podría ser cualquier habitante de la Tierra. De a poco me fui fortaleciendo en mi espiritualidad y ya no me era importante la existencia o no de mi Modelo de Hombre. Yo debía convertirme en esta vida en eso, en un Cristo Vivo. En un hombre digno de este privilegio de estar vivo, ser luminoso, amante de la vida y cuando llegara el momento de cerrar mis ojos, ver mi cosecha, sentir que me voy solo pero que dejo mi semilla plantada en beneficio de la Evolución. En beneficio de mis hijos y las generaciones a venir. Que dejo de existir habiendo disfrutado y gozado de mi vida corta por este mundo hermoso.

Hoy me ocupo de vivir y dejo que la Muerte se ocupe de mi morir, ya que ella ya lo esta haciendo desde que nací y muy bien. Si bien ya no es importante para mí que sucederá cuando cierre los ojos definitivamente, dejo la duda, el misterio como una sorpresa si es que la misma existe.

Dedicarme a vivir es mi consigna, descubrir la belleza en todo lo que me rodea y disfrutar de este privilegio de saber que existo, que soy yo y tengo vida. Y si realmente existiera un Dios como lo plantean las Religiones, observador de nuestros hechos, estoy tranquilo ya que me considero un hombre de bien y seguramente no estaré en su lista de los que deban arder en el fuego eterno. Por el contrario comparto las cosas que me hacen feliz para que otros puedan utilizarlas si les place.

No necesito creer en la vida después de la muerte para estar relajado y disfrutar del vivir. Privilegio de nuestra especie, tal vez única en todo el Universo. Por eso creo fervientemente que no se necesitan a las religiones que prometen una vida pos muerte para vivir felices, ellas producen ansiedad, ganas de morir, de llegar a ese lugar “bellísimo” junto a los seres queridos que se han ido, junto a Dios. Ellas promueven la ilusión y no la realidad cotidiana. Muchos religiosos adoran mas a esa imagen de Dios que a sus propios hijos, que terminan abandonándolos por no poder llegar a sus padres. Yo siento a mis seres idos presentes en mi mente todos los días, siento la presencia real de Dios también, basta con mirar a la inmensidad del espacio para sentirme dentro de Dios.

La muerte es un cerrar de ojos para mí, un misterio sin importancia. Lo que si es importante para mi es llegar a ese momento sintiendo que he sido digno de este privilegio de estar vivo. De haber potenciado mis 5 sentidos y de haber compartido mi felicidad que en el fondo es lo que la hace más disfrutable.

El miedo, creo yo, no es a la Muerte, el Miedo real de la humanidad es a la Vida, al Goce, a sentirse vivo. Vivamos, dejemos que lo que venga después, si viene algo, sea una agradable sorpresa ;0

No hay comentarios:

Publicar un comentario