martes, 9 de noviembre de 2010

La Pasión


Pasión s. f.
1 Sentimiento muy intenso que domina la voluntad y puede perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira.
2 Sentimiento de amor muy intenso manifestado con gran deseo sexual.
3 Afición o inclinación viva por alguien o algo: pasión por la lectura; siente pasión por los animales.
4 Persona o cosa por las que se muestra afición o inclinación viva: el cine es su gran pasión.
5 Entusiasmo que se pone en algo que se hace o se defiende: los fans aplauden a sus ídolos con pasión; discutía con excesiva pasión.
6 Sufrimiento muy intenso, especialmente el de Jesucristo desde su detención por parte de las autoridades judías hasta su muerte en la cruz, narrado en el Evangelio: en Semana Santa se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
7 Representación artística o narración del padecimiento de Jesucristo en la cruz que está inspirada en el Evangelio.

Seguramente debe haber muchas más explicaciones y significados de la palabra pasión. Yo hoy le daré la mía, que no difiere mucho de las anteriores. Pasión = Fuego

Para hablar de la pasión usare una analogía. La relación del Sol con el planeta Tierra.

El fuego será equivalente a la pasión, con lo cual el Sol será La Pasión misma en su mayor intensidad. La palabra intensidad aparece muy seguida en los significados del diccionario al comienzo del escrito.

Tenemos al Sol que irradia toda esa energía, ese calor y luz afectando todo el diámetro de sus rayos, atrayendo a todos los planetas, girando a su alrededor, queriendo llegar hasta su centro pero siempre cayendo creando así su propia y particular orbita. La Tierra fue el planeta privilegiado que encontró ese punto perfecto de orbita logrando que en comunión con sus rayos explotara la vida en su superficie.

Imagino a las personas con una llama, una chispa inicial de algo que se podría transformar en un Sol poderosos que al igual que él atrae a tantos planetas que desean girar alrededor de su calor, personas y seres desean lo mismo dependiendo del calor emanado por el propio ser en cuestión. Algo así como podría ser la lava dentro del planeta Tierra. Ese fuego interno seria la Pasión. Fuego que al igual que la Tierra se debe aprender a convivir con el de manera tal que explote la vida a nuestro alrededor. Entonces a veces se enciende descontroladamente a través de las vicisitudes y experiencias de la vida misma, una explosión volcánica que como consecuencia trae, destrucción, heridas, dolor pero que a la vez reacomoda y armoniza el equilibrio que es el que mantiene esa capa tan fina de vida que es la superficie terrestre.

Entonces todos nosotros andamos por la vida alimentando ese fuego de la pasión con las experiencias de vida, eligiendo las direcciones que nos la hacen sentir, pero debemos aprender a controlar esa llama porque de no ser así esta explota y no solo podría quemarnos a nosotros mismos sino que también a todo aquello que nos rodea. Aprender a encontrar ese equilibrio que sin reprimir el fuego lo vamos conociendo y dejando salir para transformarnos en seres luminosos que irradiando calor (Amor) atraemos todo aquello que nos merecemos. Cosecharas tu Siembra calzaría mas que bien en ese aprendizaje de cómo lidiar con nuestra fuego interior.

Ese calor asusta porque a veces se enciende y como todo fuego si no se lo controla se convierte en un incendio que podría ocasionar serios desastres. De niños se nos educa a reprimir muchas emociones, sensaciones y juegos que nos conectan con ese gran poder pasional.

Se nos dice que ciertas emociones no son dignas de demostrar y/o vivenciar. Emociones como la rabia, odio los caprichos de los niños. En el fondo no son más que erupciones volcánicas en la superficie de la tierra intentando buscar un equilibrio una armonización aunque no seamos tan concientes de ello. La represión de estas emociones lleva a que nuestro cuerpo se acorace, se convierta en una especie de olla de presión que va endureciéndose para que ese fuego no salga. Entonces como toda olla de presión si no tiene una válvula de escape, explotara. Recomiendo leer el libro “Bioenergética” de Alexander Lowen.

“Nuestra coraza o armadura nos ha insensibilizado en una buena parte tanto para lo doloroso como lo placentero, y eso hace que nuestra comunicación con el exterior e interior haya palidecido, se haya transformado en una caricatura de su potencial total. Lo irónico es que nos podemos pasar así casi toda una vida, creyendo que eso es lo máximo a lo que podemos aspirar.” (A. Lowen)

En las parejas se comienza la relación con mucha pasión, mucho fuego, y a medida que se mezclan los fuegos de cada uno la llama se aviva y crece. Las llamas se juntan produciendo una única más poderosa. Y de esa mezcla tal vez emerja una tercera chispa de fuego, como resultado de esa pasión. Es mi creer que uno de los motivos de que tantas parejas alcancen un punto de pasión pico y luego decaen es porque de niños nos enseñan y educan a temerle a ese fuego. Se lo asocia con un montón de imágenes feas.

Es tan poderosa esa energía que termina asustándonos y una manera de apagarla es separándose, o acorazando nuestros cuerpos, limitando la relación a un compañerismo en donde la pasión va desapareciendo y su llama ya no atrae lo que antes giraba a su alrededor.

La pasión, ese fuego, es parte de lo que yo he tenido que aprender a convivir y a controlar, NO REPRIMIR, y como consecuencia de ese permiso a oxigenar ese fuego, empecé a notar que muchas cosas deseadas se iban acercando a mí. Algunas otras debía aprender a controlar la llama para que no se quemen. Encontrar el punto justo de calor para que no solo se atraiga sino que también explote en vida. Proyectos, personas, plantas, animales todo esta afectado por esa pasión, por ese fuego. De ahí la analogía con el Sol los planetas podrían ser proyectos, personas, animales cosas materiales, DESEOS, que una vez pensados alimentan esa llama dejándola emitir sus rayos hacia la superficie encontrando, tal vez, ese tan difícil equilibrio para no incendiarse y lograr esa temperatura ideal que logra, en el caso del Planeta Tierra, brotar a la Vida misma.

La Pasión desde mi aprendizaje es el fuego, la llama que hay que aprender a controlar para que en vez de producir daños produzca la dicha de la Vida. Cuando estamos con miedo esa llama se achica, el cuerpo se pone frío y nuestro poder de atracción se limita en el peor de los casos hasta quedarnos solos, ya que nada orbita a nuestro alrededor. Nada es atraído. La propia experiencia de sentir ese fuego es el que nos va indicando cual seria su punto justo para cada emprendimiento, cada experiencia. La acumulación de la misma por su represión es la que cuando ocurre una crisis explota como el volcán en erupción ocasionando los daños que a su alrededor deja.

Las emociones que normalmente uno suele reprimir como el odio, la bronca, la ira no son más que recursos para tapar lo que en general es tristeza. Tristeza por ejemplo, por la frustración de algo que no fue como lo deseado. En vez de llorar para apaciguar ese fuego interior, se reprime dicha emoción que se acumula alimentando el fuego que termina explotando al igual que un volcan en erupción, hiriéndose uno mismo y al otro.

El Infierno es fuego para todas las religiones, es el peor lugar en el que uno podría estar. El Miedo a quemarse en el infierno esta inculcado en nosotros desde la más temprana edad. Ese mismo miedo es el que no atemoriza de nuestro propio calor, nuestro propio fuego ya que inconcientemente toda sensación pasional en algún momento nos conecta con el Fuego. En vez de aprender a conocerlo y controlarlo, lo reprimimos y es ahí donde creo yo muere la llama de esa pasión.

Es común escuchar en las parejas que la pasión muere al pasar unos años. Lo mismo ocurre a veces con los proyectos en general, comienzan con mucha garra, energía, pasión, y van con el tiempo estancándose, apagándose. En mi experiencia, mas allá de que estoy de acuerdo con ese decir popular, y tomando como metáfora el convertirse en un Sol que irradia energía de atracción, calor, amor, he aprendido que se puede alimentar ese fuego cada vez mas. Pero eso es lo mas difícil porque en el intento uno quema y se quema hasta aprender a manejar el fuelle que alimenta la llama de la pasión.

El infierno es ese lugar en donde mandamos todas las emociones a las que de niño nos enseñan a reprimir. Desde mi óptica de vida el infierno es nuestro interior cuando va acumulando a través de esas represiones una cantidad de chispas, y llamaradas que nos convierten en una caldera sin válvula de presión que con el tiempo termina explotando dañando nuestro alrededor convirtiendo todo, irónicamente, en un verdadero infierno.

Mi consigna de vida es que debo ser como el Sol que da luz y calor, y como La Tierra, que se deja penetrar por sus rayos receptiva e incondicionalmente para que entre esas dos energías y posturas brote vida en, y a nuestro alrededor ;)