martes, 12 de octubre de 2010

La Resignación


Someterse, entregarse a la voluntad de alguien, parecería ser algo cotidiano en nuestro sistema de convivencia. Es algo así como aceptar que nada ni nada podrá cambiar algo que mínimamente nos molesta, incomoda o simplemente no estamos de acuerdo. Algo así como aceptar vivir molesto, incomodo y en desacuerdo. Complicado…

No encuentro una utilización de esta palabra que le de un sentido de vida, por el contrario pareciera mas cercana a la muerte, por lo menos del deseo de cambiar.

Lo más llamativo es que pasamos a justificar con vehemencia esa resignación con todo tipo de justificaciones, improvisadas algunas, y otras por que uno las escucho de chico y las repite cual loro. “Esto es así y nada podrá cambiarlo, desiste, bienvenido a la realidad”.

Por ejemplo, es común que artistas internacionales viajen por el mundo, actuando, dando mega recitales, entregando su Arte. Por ejemplo en Europa las entradas a estos se cobran en Euros, en mi país Argentina, se cobran en Pesos, pero al equivalente de esos mismos Euros. O sea, el artista no toma en consideración que hay ciertos países que no tienen el poder adquisitivo de otros. Entonces como vivimos en un mundo regido por la oferta y la demanda, cuando el producto escasea, se convierte en la panacea del capitalista. Puede cobrar el valor de entrada que le plazca ya que se garantiza su venta, porque sumado a la demanda esta el fanatismo, dos palabras que juntas significan mucho dinero.

Yo me pregunto donde esta la sensibilidad del artista, esa sensación que nos transmiten por ejemplo en sus músicas, letras, que nos hacen hasta llorar de emoción y mas sabiendo que están a escasos metros de nosotros entregando su Amor, su Carisma.
¿Porque no adaptar a cada país un valor de la entrada a la realidad del mismo, a pesar de llevarse en bruto menos Euros o Dólares? Dirían algunos, que eso no lo maneja el artista sino que sus representantes. Pero eso no es cierto, porque artistas que ya tiene un nombre ganado tiene también el poder de elegir a sus representantes y exigir que eso se cumpla. Salvo que el mismo también este resignado al sistema. Que bien podría ser.

Acá estaríamos ante una de las resignaciones mas comunes, la de aceptar que siempre el capitalista, el empresario, saldrá con la suya. Que cualquier movimiento, o decisión tomada para cambiar eso es perder el tiempo.

El pueblo tiene el poder en sus manos y no lo utiliza, se resigna a ello. Delega en sus líderes, políticos y religiosos. “Que sean ellos los que decidan, yo no tengo tiempo para pensar en esas cosas….” Cuando en realidad la solidaridad de un pueblo es capaz de derrocar gobiernos. Imaginemos un pueblo no resignado que ante las insensibles re-marcaciones de precios, y aumentos de servicios, dejan de consumir, comprar dichos productos. Automáticamente el precio de los mismos caería, por la misma ley de oferta y demanda. El precio de la nafta aumenta, y si nadie carga nafta se verán obligados a bajar el precio. Pero…. Resignados a que nada cambiara eso, todos compramos la nafta al precio vigente sin otra actitud más que el de la queja, que en nada se asemeja a la actitud del reclamo.


Desde el punto de vista religioso, ídem, nos resignamos a aceptar lo que el Cura, Pastor, Guía Espiritual, Avatar o quien sea que este con un libro bajo el brazo, tunica o simplemente hable con lindas palabras, sin cuestionar nada de lo planteado por ellos. Sin profundizar absolutamente nada, porque eso conllevaría tal vez a replantearse muchas cosas y se convertiría quizá en una movilización interna y externa incomoda. Así que mejor escuchar, aceptar sin cuestionar. He escuchado personas decir que un Pastor de una Iglesia dijo que una película era mala influencia para ver. Esta es una forma dictatorial de subestimar a sus seguidores, de que ellos no tienen la capacidad de elección y de pensamiento propio. El decide, y esto es así porque están resignados a tomar como verdad indiscutible lo que el mismo dice.


El rostro de la resignación es fácil de reconocer. Basta vernos las caras cotidianamente cuando salimos temprano a trabajar, y cuando regresamos a nuestros hogares. Sea en un tren, subte, o micro, caras resignadas. Tristes caras marcadas por la angustia de la resignación.

La rutina es también motivo de resignación. “Es la que nos toca vivir”. Resignamos hasta el Amor en la pareja. Muchas veces sabemos a través de nuestros sentimientos y sentidos que algo se perdió, cuando no murió dentro de la relación, pero seguimos adelante, tal vez por orgullo, tal vez por temor, y tal vez por resignarse porque es lo que se debe hacer. Lo correcto. Lo que alguien a quien delegamos poder nos dijo.

El escritor argentino Jorge Francisco Isidoro Luis Borges tenia una frase que era “Nos une el Espanto y no el Amor”. Yo creo que gran parte de ese pensamiento proviene de la Resignación. Estamos resignados a sufrir, nos convencen que el sufrimiento es el motor en esta vida. Budistas, Cristianos, Evangelistas, Judíos, Musulmanes, Ascetas y seguramente casi todas las religiones, ponen sumo hincapié en esto. “En esta vida se sufre”.Y si la afirmación es que en esta vida se sufre es porque dan por sentado de que hay otra vida en la que no se sufre, y como estamos todos resignados a aceptar lo dicho por quienes delegamos el poder de hacerlo, no nos cuestionamos nada que podría replantear ese dogma, premisa o receta incuestionable. La Tierra es una casa de alquiler de vacaciones, por eso no la cuidamos. Tal vez una limpieza rápida para que no se note la mugre, el polvo por debajo de la alfombra, pero nuestro verdadero hogar esta por venir. ¿Y si este es el único Hogar, el verdadero? ¿Que estamos esperando para llorar de alegría?

¿Qué pasaría si en realidad no existiera dicha “otra vida”? ¿Qué nos pasaría a los seres humanos si en vez de enseñarle a nuestros hijos desde pequeños a imaginar un mundo hermosos después de la muerte, les enseñamos a disfrutar de este, sin siquiera mencionarles una vida después de la muerte. Sin hablarles de Dios, Dioses, o Seres Superiores que nos observan desde algún lugar, nada de Paraísos Celestiales, nada de Ángeles Inmateriales. Tan solo seres humanos con el privilegio de saber que estamos vivos en un planeta, que tal vez hasta sea el único en todo el infinito del Universo con la dicha de la vida. La única piedrita microscópica que exploto en vida. Claro ese pensamiento asusta porque nos llena de una responsabilidad, y un agradecimiento eterno por la dicha de ser protagonistas de ese hecho milagroso. Hay que hacerse cargo de dicho pensamiento. Caramba si esto que digo fuera cierto entonces somos los responsables de profundizar para evolucionar este privilegio.

Yo lo he practicado en mí, y es increíble como se potencia todo. Como el paraíso se vuelve terrenal. Como las células se rejuvenecen y todo a nuestro alrededor se llena de luz y amor. Como nuestros hijos crecen como Soles, desparramando su luz, calor y rayos por doquier.

La resignación es una manera de detener la evolución misma. Es una manera de dejar que otros decidan por uno. Es no hacerse cargo de que somos libres y tenemos derecho a ser felices. Es una manera cruel de desvalorizarnos.

Yo tengo Fe en el Hombre, Fe en la Evolución de la Vida, aun estamos regidos por la Ley de la Selva, pero eso puede cambiar. De hecho el cambio nunca es eterno pero el cambiar si. Yo tengo Fe en todas las personas, Fe de que harán el gran esfuerzo de ser lo que son, de ser felices, de ser libres y de potenciar sus cinco sentidos y evolucionar sus mentes para que en 25.000 años mas de evolución la no resignación nos lleve a tener quizá a las alas que nos merecemos y que nos convertirán en Ángeles encarnados y no solo en una metáfora, o pensamiento lindo ;)