miércoles, 17 de marzo de 2010

Atracción



1 Acción de atraer (acercar).
2 Fuerza que atrae: el Sol ejerce atracción sobre los astros del sistema solar.
3 Interés o inclinación hacia alguien o algo: sintió una inmediata atracción hacia él.
4 Persona, animal o cosa que atrae.
atracción atómica Atracción que ejercen entre sí los átomos de los elementos químicos para formar moléculas
atracción universal La que ejercen recíprocamente todos los cuerpos que componen el universo y que depende de las masas y distancias respectivas de estos.
atracción molecular La que ejercen recíprocamente todas las moléculas de los cuerpos.


El Universo pareciera mantenerse por una fuerza a la que podríamos llamar atracción. El Sol es el centro de nuestra sistema solar, los planetas son atraídos por el y por ende rotan a su alrededor.

Nuestro mundo, la Tierra, es minúsculo comparado con el Universo. Formamos parte del Sistema Solar, perdido en un brazo de una galaxia que tiene 100.000 millones de estrellas, pero sólo es una entre los centenares de miles de millones de galaxias que forman el Universo.

Nosotros los seres humanos también estamos regidos por esta fuerza de atracción. Nuestros átomos que a la vez forman nuestras moléculas se atrae entre si dándonos una forma material y cósmica en el sentido de partículas que rotan alrededor de otras, al igual que en un sistema Solar. Nuestro cuerpo físico podría ser algo así como la Vía Láctea que por efecto en cadena de atracciones contiene entre muchos a nuestro planeta Tierra con nosotros en ella atraídos por su propia gravedad.

Todo a nuestro alrededor esta afectado bajo las leyes de la atracción. Sin ella estaríamos (si es que estaríamos) “desarmados”, esparcidos por todos lados sin nunca juntarnos y por ende nunca podríamos formar nada concreto ya que al no haber atracción tampoco hay unión.

Yo miro al Sol y me pregunto que es lo que provoca esa necesidad planetaria de querer estar cerca de él, de terminar rotando cual satélite y no poder hacer nada más que eso. Claramente lo primero que me viene a mi mente es la palabra C A L O R. El Sol es una gran bola de fuego y su calor es lo que seguramente hace que los planetas sean atraídos a él.

Simbólicamente podría ser un Avatar, un Mesías un hijo especial del Universo que con solo ser lo que es (Soy lo que Soy) nos contiene, “obliga” a estar dentro de su propia energía de atracción. Es entendible porque a tantas civilizaciones pasadas el Sol era venerado como ese hijo especial de Dios, ese Mesías mandado para reinar y enseñarnos a ser como el.

Y con ese simbolismo entonces puedo imaginar a todos nosotros viviendo nuestras vidas dentro de esa energía poderosa del Sol y la podríamos llamar: “La Edad del Sol”, o “La Sol-Edad”. Soledad, palabra que tanto asusta ya que se nos enseña de pequeños a temerle. Sin embargo si aprendemos a vivir regidos por ese Sol, encontraríamos tal vez nuestra propia llama interna, la conoceríamos y potenciaríamos. Y nuestro poder de atracción seria proporcional al calor que emanamos, y ese calor tiene que ver con nuestra sensación de bienestar. Dicho de otra manera con nuestra sensación de sentir Amor. Estamos tan afectados por la vida ilusoria que dejamos de ver que somos Seres regidos por el calor, el mismo calor que se produce con el simple movimiento y excitación de moléculas, esa energía que logra desde una sensación de calidez a otra de incendiarse.

Me ha pasado de entrar a lugares en donde se ven a las plantas lindas con hermosas flores, el pasto verde, animales felices y gente que uno tiene ganas de quedarse horas a su alrededor. Me he sentido atraído a esos lugares y a esa gente. Y es porque en esos lugares hay calidez, calor.

Cuando uno esta contento la sangre circula por el cuerpo y la temperatura de la piel es calida, cuando uno esta con temor las manos se sienten frías. Nuestra atracción a la vida misma creo yo depende de cuanto exploramos en nuestro interior para intentar y sentirnos seres luminosos como el Sol.

Una mano calida que toma la nuestra tiene un efecto instantáneo de relajación, calidez, seguridad y tantas otras sensaciones de bienestar. Una mano fría dice todo lo contrario.
Alguna vez leí que las manos son la manifestación de nuestro corazón, con ellas se da y se quita. Tal vez su temperatura también esta regida por como manifestamos nuestros sentimientos y lo que creemos ser. La falta de entrega hacia la vida, la falta de seguridad en compartir provocaría una sensación de temor en nosotros que se reflejaría en nuestras manos.

Si no aprendemos a vivir en Soledad, que no es lo mismo que vivir solos, sino que aprender a conocernos y aceptarnos “Ser lo que Somos”, nuestra energía de atracción estaría limitada a algo muy débil. Nuestro Sol interno, emanaría rayos débiles y correríamos el riesgo de quedar solos. En cambio si nos animamos a potenciarnos en eso que creemos que somos, nuestras sensaciones de calidez traspasarían las fronteras de nuestro cuerpo físico y llegarían afectando a nuestro alrededor, llegando a las cosas y personas que nos rodean produciendo, como en una Vía Láctea, un efecto en cadena de atracciones y seriamos creadores de nuestros propios Universos. Al igual que nuestro Sol atraeríamos todo aquello que estaría afectado por nuestros rayos.

Cuando miren la próxima vez al Sol, sientan sus rayos, sientan su calidez, que hasta parecería un gesto de generosidad del Universo mismo que mando a ese hermoso Astro para que la Vida explote y evolucione por los siglos de los siglos ;0)

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